Vivien viene de Holanda. Tiene 19 años y vive en Buenos Aires desde dos meses. Vino para hacer una pasantía en la organización Argentina for All, lo que le permitió volver a su pasión: jugar al fútbol.

Vivien empezó a jugar al fútbol a los 11 años y siguió durante sus 18. Jugaba en Hillegom, un pueblo cerca de Amsterdam. Empezó su carrera en el Hillegom SV como delantera de un equipo junior. Tuvo que cambiar de escuadra (jugo en tres diferentes), se convirtió en defensora y cada vez en mejor jugadora.

Los dos últimos años que paso en Holanda jugó en un equipo que le dio muchos títulos. La atmósfera, era muy buena a pesar de eso. Las chicas se juntaban para otras actividades. Pero al año siguiente subieron a otra liga y todo se puso más complicado: “Pasamos de partidos junior a senior, empezamos a jugar con mujeres. El nivel era mucho más alto”. Eso era nuevo para muchas de ellas y todas reaccionaron de manera diferente. A algunas no les importaba perder ya que venían para disfrutar del juego y del equipo. Pero algunas querían seguir ganando y se enojaban de que todas no tengan esta voluntad.

Por suerte no dejaron que esto deteriore su amistad y siguieron pasando mucho tiempo juntas aún fuera de la cancha. Incluso iban a ver fútbol femenino profesional: “Me gustó mucho. Era diferente de un partido de fútbol masculino” En Holanda el fútbol femenino es menos popular que el masculino, pero en comparación, es más aceptado y popular que en otros lugares.

A sus 18 años tuvo que mudarse a Amsterdam con sus padres y tuvo que dejar el fútbol. Vivió seis meses, en la capital de Holanda antes de hacer un intercambio medio año en México, donde tampoco pudo jugar al deporte que más le gusta. En consecuencia, tuvo que dejar su pasión durante más de un año. Lo bueno de este intercambio fue el encuentro de una amiga que le habló de la asociación Argentina for all. Gracias a ella pudo vivir en el país sudamericano. Ahí empezó un nuevo capitulo de su vida.

Hace dos meses Vivien empezó su pasantía. Es parte del staff de deportes: organiza partidos, eventos deportivos y hace también un poco de marketing. Pero aparte del trabajo, la organización le permite divertirse: “En mucho de mi tiempo libre pude volver a mi pasión, jugar al fútbol femenino«.

Colaboró con esta nota: Ines Roy-Lewanowicz

Facebook Comments