Desde hace 8 años, De Taquito, fútbol femenino es una opción en Villa Crespo o Palermo para entrenar con la estructura de una auténtica escuela de fútbol. En esta nota, HoySeJuegaFem se adentra en su mundo para que puedas conocerlos un poco más.

La revolución será femenina, o no será. Así reza una de las frases más populares que se escucha y lee en estos días de exaltación feminista.

Lo cierto es que esa revolución también abarca al fútbol, el deporte más lindo del mundo para los hombres… y también para las mujeres.

Pitu y Ari vieron el primer destello de este furor hace 8 años. Conocidos de un trabajo anterior, se organizaron para empezar a entrenar mujeres y, dos años más tarde, tuvieron la idea de armar una escuela. Así nació De Taquito, fútbol femenino.

Funcionando de enero a enero, en la actualidad están instalados en dos complejos de canchas de la Ciudad, uno en Villa Crespo (Serrano y Padilla) y otro en Palermo (Borges y Soler) con 13 grupos de chicas que apoyan su estilo. El mínimo de edad es de 18 años, pero no hay límite para arriba, de hecho tienen una jugadora de 50 años y recibieron la consulta de algunas señoras más grandes.

Actualmente, en la sede de Serrano y Padilla tienen grupos los lunes, tres a las 20hs y uno a las 21hs. Los martes, dos grupos a las 20hs y uno a las 21hs y los miércoles dos grupos a las 20hs y uno a las 21hs. Los jueves, dos grupos a las 21hs y los viernes hay un grupo a las 20hs.

En la otra sede donde también están, es sólo lunes y martes. Es la misma estructura pero en otras canchas y otros pisos, ya que Serrano es césped sintético y Borges es parqué.

Una curiosidad de De Taquito, fútbol femenino es la posibilidad de poder hacer reemplazos. ¿Cómo es esto? Muy simple. A pesar de que cada jugadora pertenece a un grupo, con su día y horario preestablecido, puede jugar algún otro día de la semana reemplazando a alguna jugadora de ese grupo que no pudo ir. La mejor parte es que no aumenta la cuota por esto, sino que el arancel se mantiene en $800 por mes.

“Hacemos clases muy intensas: como duran una hora, es media hora de entrada en calor y ejercicio táctico y media hora de partido. Son grupos fijos de 12 chicas y la idea es que cada grupo mantenga día y horario para que se vaya viendo un progreso”, cuenta Pitu.

Esos 13 grupos se dividen en seis profesores, que fueron contratados por ellos, entrevista mediante. Algunos eran conocidos, sí, pero otros concurrieron con CV en mano para postularse. Todos hombres. Y ante la pregunta de esta cronista sobre por qué ninguna mujer, ambos explayan, convencidos.

DTFF: Hicimos entrevistas a varias mujeres pero ahora se dio que son todos hombres, porque nos convencieron más esos perfiles, no es por un tema de discriminación. Algunas chicas nos han preguntado, de hecho, por qué no había ninguna entrenadora mujer, y no lo descartamos a futuro.

HSJF: En estos días donde los derechos de la mujer se están re descubriendo y la lucha feminista está en auge, ¿cómo manejan, desde la escuela, la relación profesores hombres con grupos de mujeres? ¿Tienen alguna regla de conducta, bajan algún tipo de línea? ¿Tuvieron algún problema?

DTFF: Creemos que es más discriminación pedir que tengan un trato especial porque son mujeres. Sí tenemos reuniones antes de que arranque la actividad anual y hacemos una bajada de línea sobre lo que esperamos de cada uno, pero para nosotros está implícito cómo se tienen que manejar con las mujeres. Por suerte, nuestros profesores son súper ubicados y nunca tuvimos ningún problema.

De Taquito, fútbol femenino sigue creciendo. A futuro quieren organizar más amistosos con otras escuelas o mezclar grupos, para que las chicas se conozcan entre ellas y haya un clima competitivo sano. Por otro lado, quieren retomar los terceros tiempos, como ya hicieron años antes. Para Pitu y Ari, la parte social es fundamental. “La mayoría de las chicas viene para pasarla bien, para conocer gente. Si llega una chica mala onda o con ganas de armar bardo, se termina yendo sola porque se da cuenta que este no es su lugar”, manifiestan. “Hubo grupos que se hicieron tan unidas que formaron su propio equipo y siguieron entrenando por su cuenta o, incluso, se anotaron en un torneo todas juntas”, continúan, efusivos.

Sin dudas, una alternativa en la Ciudad para seguir haciendo crecer el fútbol femenino y que este furor se propague.

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