Yanina Gaitán jugó en Yupanqui, River, Boca, Racing, San Lorenzo y la Selección argentina. Es pionera en el fútbol femenino argentino. Es la primera jugadora en marcar un gol en un Mundial reconocido por la FIFA. Es la primera jugadora en denunciar discriminación por parte de un club en los medios. Fue jugadora del primer plantel femenino de Boca que jugó en la Bombonera. Y fue Ayudante de Campo del primer equipo de la UAI Urquiza que salió campeón en 2011.

En 1994, el diario Crónica publicó: “Chica futbolista denuncia discriminación”. La jugadora era Yanina Gaitán, de 15 años. ¿Por qué la discriminaban? Yupanqui -equipo en el que había debutado a los 13 años- no le quería dar el pase para jugar en otro club. Y, en el momento en el que su papá lo logró tras gestionarlo en la AFA, ningún equipo de Primera podía contratar a Yanina. Pacto de caballeros, le dicen. “Jugó dos partidos amistosos con River y en el momento de ficharla, los dirigentes se negaron argumentando que existía una nota que mi hija debía ser excluida de cualquier equipo del país”, reclamó en aquel año Raúl Gaitán, papá de la jugadora.

Esa fue la primera vez que Yanina se sintió discriminada. Tenía 15 años. Había crecido jugando a la pelota junto a su hermano y su papá en Lugano 1 y 2 hasta que la ficharon y la llevaron a Yupanqui, primer equipo argentino en afiliarse a la AFA en 1991. Ahí se codeó con grandes jugadoras y participó del primer torneo oficial de fútbol femenino. Hasta que quiso irse y Yupanqui se lo negó.

– Recuerdo que nos movimos por los diarios e incluso fui al programa de Mauro Viale para hablar sobre mi situación.

– ¿En aquel momento las jugadoras salían a hablar o fuiste una excepción?

– Durante aquellos años, fuimos calladas. Si alguna hablaba, muchas veces quedaba excluida. Camadas anteriores a mí, sobre todo en la Selección, quisieron mejorar cuestiones básicas, pero luego fueron apartadas. Tenías que elegir: aceptar y seguir o irte. Por suerte, ahora al reclamo se le suma la visibilización. En aquellos años, estábamos solas.

Yanina fue una pionera. No solamente por ser la primera futbolista en reclamar en los medios aquello que le correspondía. También porque participó del primer equipo de Boca en jugar en la Bombonera, en 1996. Fue contra Juventud Unida y triunfo xeneize por 3-0. Y si no lo hizo también en el Monumental, fue porque en el clásico entre River-Boca de 1996 el intendente de los millonarios, Jorge Rossi, no habilitó el estadio argumentando que iban a estropear la cancha.

Fui parte del equipo, pero aquel partido en la Bombonera no lo pude jugar porque aún no tenía el pase de River.

Ese partido no lo jugó, pero Yanina había pisado la Bombonera cuatro años antes de aquel encuentro entre Boca y Juventud Unida. En el entretiempo entre Boca-Belgrano -partido que ganarían los locales 2-0-, frente a la tribuna que le da la espalda a la calle Brandsen, Yanina se puso a hacer jueguitos en medio de la cancha. La tribuna miró a esa chica de 14 años y vestida con el conjunto de Boca. La hinchada, al ritmo de los toques, coreó: “Maradoooona, Maradoooona”.

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Mundial 2003. Argentina había perdido sus dos primeros partidos -frente a Japón y Canadá- y jugaba en Washington su último encuentro de la fase de grupos frente a Alemania, seleccionado que saldría campeón. En el segundo tiempo y 4-0 abajo, entró Yanina Gaitán a la cancha. En el minuto 70, tiro libre para Argentina. Centro, despeja la arquera alemana y le queda a Yanina afuera del área. La clava en el segundo palo y  sale corriendo. Lo grita, más vale. Las jugadoras la acompañan, más vale. La hinchada argentina agita las banderas. El partido terminaría 1-6 a favor de las alemanas. Y eso lo sabían las jugadoras, los hinchas y el cuerpo técnico de ambas selecciones antes de que terminara el encuentro. Pero aquel gol que marcó Yanina en el 2003 era el primer gol que marcaba el equipo femenino de fútbol argentino en un mundial reconocido por la FIFA.

– Me acuerdo de que lo grité porque significaba mucho para mí, mucho para la Selección. En Latinoamérica, éramos la segunda mejor Selección, por detrás de Brasil. Contra las grandes potencias no teníamos posibilidades. Nosotras teníamos técnica, pero nos faltaban preparación y formación. Las alemanas eran muy grosas físicamente. Jugaban más simple y a mayor velocidad.

– ¿Vos también te definirías como una jugadora más técnica que física?

– Sí. Mis virtudes eran la gambeta, el dominio de balón, el gol. Jugaba de volante o de enganche. No era una jugadora veloz.

La calidad con la que define en aquel partido del mundial muestra aquello que Yanina percibe de sí misma como jugadora.

– ¿Por qué decidís renunciar a la Selección después del Mundial?

– Empiezo a percibir que estaba dejando mucho por el fútbol y no recibía nada a cambio. Necesitaba trabajar más tiempo. Me había ido a vivir sola y hasta ese momento estaba trabajando en una farmacia de cajera. A esa situación económica se le sumó que no estaba conforme con cosas o situaciones que en vez de potenciarme, me tiraban para atrás.

– ¿En ese momento decidís arrancar la carrera de entrenadora?

Sí, tenía ganas de estudiar algo que me gustara. Yo estaba jugando en Racing y se me abrió la oportunidad de estudiar en la escuela de Mario Griguol. Cuando Racing se desarma, me voy a San Lorenzo, último equipo en el que juego antes de ser entrenadora.

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En 2011, Diego Guacci se acercó a Yanina Gaitán y le preguntó si quería acompañarlo como ayudante de campo en la UAI Urquiza. El equipo de Villa Lynch aún no era un club ganador en lo que refiere al fútbol femenino. Aquel torneo, fue el primero en el que salió campeón. Sin embargo, si uno va a la AFA y averigua el rol que tuvo Yanina en aquel torneo se lleva la sorpresa de que no aparece ni como Entrenadora ni como Ayudante de Campo. Sí es parte del cuerpo técnico campeón, pero como aguatera.

– Aguatera me pusieron. ¿Podés creerlo? Al finalizar el torneo, yo me voy por diferentes motivos. Diferencias en relación al proyecto del club y por situaciones de desprestigio como estas.

– ¿Volviste a dirigir algún otro equipo?

– No, esa fue mi única experiencia como entrenadora aunque ahora tengo ganas de volver a dirigir. Tengo ganas de volver al fútbol.

Y tiene que volver para contar su historia que es la historia de las primeras jugadoras que participaron en un torneo oficial de AFA. Tiene que volver para contar aquello que los medios no visibilizaron y hay que empezar a reconstruir. Tiene que volver porque la calle Viamonte podrá decir que fue aguatera durante el 2011, pero Yanina Gaitán fue entrenadora. Y jugadora. Por todo esto, tiene que volver a dominar la pelota como lo hizo aquella tarde en la cancha de Boca mientras la hinchada gritaba al ritmo de sus jueguitos.

Por: Delfina Corti

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